Los mejores tipos de suelo para tu cocina: porcelánico, vinílico... ¡Todos los detalles!
El suelo es la base de cualquier espacio del hogar. El material que elijamos, tamaño de losa, color, tonalidad, etc. pueden potenciar la belleza de una estancia o chirriar hasta decir basta.
Con las cocinas, este efecto es aún más llamativo, por eso es indispensable elegir con criterio el tipo de suelo, tanto si es para una cocina cerrada como si buscamos suelo para cocinas abiertas. Para ayudarte hemos creado esta pequeña guía:
Factores a considerar al elegir el suelo de la cocina
Hemos seleccionado tres aspectos esenciales que debes valorar cuando tengas que enfrentarte a la elección de suelo de tu nueva o renovada cocina:
Resistencia al desgaste
Objetos que se caen e impactan en el suelo mientras cocinas, arrastrar el carrito de la compra o mover esos objetos que nunca faltan en este espacio, como puede ser el cesto de la ropa, son gestos habituales que deterioran nuestro suelo. Ello sin contar con que estamos hablando de una de las principales zonas de paso de la casa.
Si tomamos conciencia de estos detalles, llegaremos a la conclusión de que, entre todos los suelos de las estancias de un hogar, el de la cocina debe ser el más resistente, quizá junto al del cuarto de baño. ¿Qué materiales nos proporcionan una alta resistencia al desgaste? El porcelánico y el vinílico son dos buenas opciones a tener en cuenta.
Facilidad de limpieza
Si algo tenemos claro cuando trabajamos en la cocina es que el suelo nunca va a estar impoluto. Manchas de agua, de bolsas de la compra que dejamos sobre él, salpicaduras… La única solución a este problema es elegir un modelo de suelo que, por sus características y color, ‘disimule’ esas marcas de suciedad y, por supuesto, que sea fácil de limpiar. En este último aspecto, hay dos tipos de suelos que, al tener superficies lisas, su mantenimiento es más cómodo: son el vinílico y el porcelánico.
Estética y diseño
Por supuesto, como comentábamos al principio, el tipo de suelo que elijamos debe estar en armonía con el diseño de nuestra cocina, además de contribuir a potenciar el estilo elegido para ella.
Si quieres aportar naturalidad, la madera tratada puede ser una buena elección, por ejemplo para el suelo de una cocina blanca, pues da sensación de calidez. Por contra, si nuestra cocina es de tipo moderno e incluso tiene un aire industrial, el microcemento es el material para el suelo que mejor puede combinar.
Asimismo, vinílicos y porcelánicos poseen una amplia variedad de diseños, incluso imitaciones de otros materiales, como la piedra o la madera. Esta versatilidad representa una gran ventaja estética a valorar.
Tipos de suelos más recomendados
Los hemos mencionado a lo largo del texto, pero ahora vamos a ver en detalle los distintos tipos de suelo con sus ventajas e inconvenientes.
Porcelánico: durabilidad y diseño
El suelo porcelánico es de los más demandados por muy diversos motivos. Partimos de que, al ser su superficie lisa o de baja porosidad, es fácil de limpiar y muy resistente a la humedad. Soporta bien el desgaste y las manchas, es duradero y, en el plano estético, ofrece una amplia gama de acabados.
Entre sus desventajas podemos destacar su proceso de instalación, que requiere de personal experimentado para obtener el resultado deseado. Otro detalle poco agradable es que resulta frío al tacto.
Suelos vinílicos: versatilidad y comodidad
Los suelos vinílicos comparten con los porcelánicos su gran variedad de diseños, su resistencia a la humedad y sus ventajas en cuanto a la limpieza. No obstante, y a diferencia de los primeros, los suelos vinílicos son fáciles de instalar y su tacto es cálido, incluso amortiguan el ruido de las pisadas.
Por contra, son más susceptibles a sufrir desperfectos por impacto de objetos, presentando menor durabilidad e incluso cabe la posibilidad de que la superficie se decolore con el tiempo. En este sentido, cabe destacar que dentro del abanico de suelos vinílicos se puede elegir un producto de mayor o menor calidad, propiedad que influirá en su resistencia.
Madera tratada: calidez y elegancia
Cuando entramos en una cocina y vemos el suelo de madera, nos sentimos en casa. Este material genera sensación de calidez y aporta un atractivo visual único.
No obstante, esa naturalidad tiene su contrapartida en el mantenimiento. La madera tratada, al ser más delicada, requiere de tratamientos específicos con productos concretos para mantener su belleza y protegerla del desgaste y erosiones.
Microcemento: modernidad y continuidad visual
En cuanto al microcemento, la clave de este material está en su proceso de instalación. Para conseguir un acabado correcto es imprescindible contar con profesionales especializados, que consigan un buen sellado y un acabado continuo.
Precisamente esa terminación sin juntas es la que dará sensación de amplitud a nuestra cocina, otorgando el toque moderno e industrial que mencionábamos antes.
El microcemento es resistente y de fácil limpieza, aunque es importante mantenerlo bien sellado para evitar que las manchas o la humedad puedan hacer estragos en él.
Comparativa: Ventajas y desventajas de cada tipo de suelo
Por último, te presentamos una tabla comparativa para que veas aún más claras las características de cada tipo de suelo:
Porcelánico |
Vinílico |
Madera tratada |
Microcemento | |
Durabilidad |
Alta |
Media |
Alta |
Alta |
Resistencia |
Alta |
Alta |
Media |
Alta |
Limpieza |
Fácil |
Fácil |
Compleja |
Fácil |
Mantenimiento |
Fácil |
Medio |
Alto |
Alto |
Diseño |
Variado |
Variado |
Natural |
Moderno / Industrial |
Instalación |
Compleja |
Fácil |
Depende del tipo de madera |
Compleja |
Precio |
Medio |
Bajo |
Medio |
Alto |
Ya tienes todos los datos, ahora solo queda valorar cuál es el tipo de suelo más acorde a tus necesidades y al diseño de tu cocina.