En esta ocasión venimos a hablaros de Feng Shui. Porque a todos nos suena, ¿verdad? Pero es probable que no tengamos demasiado claro qué es.
Así que empecemos por los básicos. Aunque habitualmente lo relacionamos simplemente con la decoración, el Feng Shui va mucho más allá. Se trata de una filosofía milenaria de origen chino que busca el equilibrio energético de las personas a través de la distribución de los elementos en los lugares que habitan.
El objetivo es mejorar nuestra calidad de vida y, para eso, se apoya en el chi (la energía de los seres vivos) y los elementos de la naturaleza: tierra, metal, agua, madera y fuego.
Y como queremos que hagas Más Vida en la Cocina, por aquí van algunos consejos para aplicar el Feng Shui en tu habitación favorita.
El fuego, elemento protagonista
El elemento predominante en la cocina es el fuego (o cualquiera de sus “versiones” contemporáneas). Lo utilizamos a diario para cocinar o calentar nuestros alimentos, pero también, por su capacidad destructora, es necesario controlar su intensidad dentro del espacio.
Por ello, un primer consejo es agrupar todas las fuentes de calor dentro de la habitación (vitrocerámica, horno, microondas) y separarlos del agua (fregadero, lavavajillas, lavadora) lo máximo posible, interponiendo barreras como otros muebles, incluso. Esto, además de ser bueno para el Feng Shui, también es una de las recomendaciones básicas de seguridad en la cocina.
Para evitar que el fuego se expanda en caso de accidente, esta filosofía aconseja alejar superficies reflectantes, como espejos, de las fuentes de calor.
El desorden, enemigo del equilibrio
Aunque parezca una obviedad (ya que el Feng Shui lo recomienda desde hace más de 3500 años), hay quien todavía no se aplica esta norma básica: el orden es clave para el equilibrio personal y energético.
Por ello, el Feng Shui recomienda liberar encimeras y otras superficies de trabajo y colocar todos los utensilios en armarios cerrados. Ahora bien, si eres de esas personas que necesitan tener a la vista todo, es preferible decantarse por muebles abiertos o con puertas vitrina de cristal, siempre y cuando seas capaz de mantener el orden y que esto favorezca los procesos de trabajo.
Orientar la cocina
Según el Feng Shui, la cocina debe estar cerca de la entrada de la casa para favorecer el flujo de energía; pero siempre y cuando no se vea al entrar en casa. Otra de las sugerencias es que las puertas del baño y la cocina no estén una frente a otra para no debilitar la energía de nuestra habitación favorita.
Pero no solo debes orientar bien la cocina, sino también tu posición dentro de esta. Así, debes evitar estar de espaldas a la puerta mientras prepares alimentos. Esto te dará una pista de dónde y cómo colocar las zonas de trabajo.
Colores para un chi positivo
Está demostrado: los colores influyen en nuestro estado de ánimo y, según el Feng Shui, también tienen el poder de alterar nuestra energía hacia un extremo o al otro.
Para la cocina, se recomienda utilizar colores y materiales que aporten tonos cálidos a la estancia, sobre todo si en ella se va a comer además de cocinar; ya que son símbolo de protección, abundancia y seguridad.
Por este motivo, debes evitar ambientes excesivamente fríos como el blanco puro, el negro y el azul. Si te gustan estos colores (como a nosotros, que nos encantan), asegúrate de incorporar elementos de madera u otros materiales orgánicos para equilibrar.
Otro de los grandes colores del Feng Shui es el verde, que debe introducirse en ambientes neutros si lo que buscamos es evolución y estabilidad en nuestro hogar. Puedes incorporarlo a través de objetos decorativos o con plantas, como te explicamos en este artículo.
¿Qué te han parecido estos consejos? ¿Te animas a aplicarlos en tu cocina?