Cuando elegimos nuestra cocina queremos que dure (casi) para siempre. Al realizar un desembolso económico importante, deseamos haber hecho una buena compra. ¿Qué queremos decir con ello? Pues esperamos que nuestros muebles resistan golpes sin erosionarse, no se agrieten con los cambios de temperatura, no les salgan humedades a los pocos meses o pierdan cualquier otra de sus cualidades y funcionalidades. En suma, queremos que luzcan como el primer día el máximo tiempo posible.
En este texto, vamos a analizar los diferentes materiales en los que se fabrican muebles de cocina y cuáles son sus ventajas e inconvenientes poniendo el foco en su resistencia. ¡Vamos allá!
Materiales más comunes para muebles de cocina
¿En qué materiales se suelen fabricar los tipos de muebles de cocina? En multitud, y con el paso de los años y las investigaciones en nuevas materias surgen muchas más opciones. No obstante, centrándonos en la actualidad, podemos reducir a cuatro los más habituales.
Madera maciza
Las cocinas en madera maciza son siempre un acierto. Son elegantes, no pasan de moda y confieren mucha personalidad a tu hogar.
Por supuesto, la madera es un material altamente resistente y repararla, en caso de arañazos o impactos, es bastante factible. Lo mismo ocurre si queremos restaurarla o teñirla para cambiar su tono o color. Asimismo, ofrece las opciones de lacar o barnizar, dando esta última un plus de dureza y protección a la superficie.
No obstante, las cocinas en madera tienen precios más elevados y requieren de un mayor mantenimiento al ser un material sensible al calor y la humedad.
MDF o DM lacado
MDF es la abreviatura inglesa de Medium Density Fiberboard, que traducido literalmente significa tablero de fibra de densidad media. En concreto, el MDF son fibras de madera prensada a las que se aplica normalmente un acabado lacado, ya sea en brillo o mate.
Estos paneles de madera son sólidos y uniformes y ofrecen una elevada resistencia al calor y la humedad. Las cocinas en MDF son modernas y el coste de la madera aglomerada es bastante inferior al de maciza. No obstante, también tienen una vida útil menor y el agua es su peor enemigo, hinchando los bordes si se filtra una cantidad importante de líquido.
Laminados de alta presión
También conocidos como HPL, estos laminados se componen de varias capas de papel kraft pegadas entre sí con resinas fenólicas y prensadas gracias a la aplicación de calor. Su sistema de fabricación lo convierte en un material muy duradero y capaz de resistir estoicamente a cambios de temperatura, humedad e impactos.
Los modelos de muebles de cocina laminados de alta presión son económicos, en comparación con otras materias, requieren escaso mantenimiento, dado que se limpian con facilidad, y sus acabados pueden imitar a piedra, madera e incluso metal.
Sin embargo, aunque puedan parecer materiales premium, de cerca se percibe que no lo son, lo que unido a que repararlos es casi imposible si se dañan, constituyen sus principales desventajas.
Acero inoxidable
¿Quién no querría tener una cocina en acero inoxidable? Este material da sensación de profesionalidad, como si nos encontráramos en la ‘trastienda’ de un gran restaurante.
Las cocinas de acero inoxidable resisten el paso del tiempo, aguantando sin problema el calor, la humedad o los golpes. Además, es la opción más higiénica y cómoda a la hora de limpiar.
Por supuesto, también tiene su contrapartida. Su resistencia la hace sensiblemente más cara y su aspecto, cuasi industrial, menos acogedora. Del mismo modo, es importante realizar un mantenimiento constante para conservar su brillo.
Factores a considerar al elegir un material resistente
Aunque todos estos materiales sean los más habituales en la fabricación de cocinas, es necesario valorar determinadas características clave:
Resistencia al calor y humedad
La cocina es el espacio de la casa que sufre cambios más bruscos de temperatura y humedad. Horno, vitrocerámica, freidora, cafetera y otros muchos electrodomésticos desprenden calor y vapor de agua, factores que se suman al calor, frío y humedad ambiental según el lugar donde se vive y la época del año.
Como hemos comentado, hay materiales que soportan mejor estos elementos y que, por tanto, deberían estar los primeros de nuestra lista a la hora de elegir nuestra cocina.
Durabilidad a largo plazo
¿Cuánto tiempo dedicamos a cocinar cada día? ¿Qué uso vamos a darle a nuestra cocina? La vida útil media de los muebles variará en función de la respuesta a estas preguntas y, por supuesto, del tiempo que dediquemos a su cuidado y mantenimiento.
Además, si eres de l@s que les gusta renovar su hogar cada cierto tiempo, puedes apostar por materiales menos robustos con idea de volver a darle otro aire a tu cocina dentro de unos años.
Comparativa: Pros y contras de cada material
Resistencia | Mantenimiento | Reparación | Acabado | Precio | Durabilidad | |
---|---|---|---|---|---|---|
Madera maciza | Alta | Alto | Fácil | Barnizado, lacado, teñido | Medio-alto | Alta |
MDF lacado | Media | medio | Difícil | Lacado, uniforme | Medio | Media |
Laminados de alta presión | Alta | Bajo | Muy difícil | Variado. Imita diferentes superficies | Medio-bajo | Alta |
Acero inoxidable | Máxima | Alto | Media | Variados | Alto | Alta |
Recomendaciones para cocinas de alta gama
Tras esta comparativa, si finalmente decidimos que queremos unos muebles de cocina duraderos, de los que podamos disfrutar durante muchos años, y que mantengan su belleza y funcionalidad originales, debemos dirigir nuestra mirada hacia las cocinas de alta gama, con materiales premium.
El presupuesto, el estilo de vida de cada hogar y el gusto por un tipo u otro de estética, serán determinantes en esta elección. Una buena opción es combinar varios materiales, personalizando al máximo nuestra futura cocina. En este sentido, en OB Cocina disponemos de un equipo experto que te asesorará y acompañará en todo este proceso para que, finalmente, tengas tu cocina soñada.