Lo sabemos, no es una opinión demasiado popular, pero… ¡hay muchas razones por las que tal vez no deberías abrir tu cocina al salón!
Por más de moda que estén (que lo están, la verdad), las cocinas de concepto abierto no son para todo el mundo, ni para todos los hogares. Así que antes de lanzarte sí o sí a tirar tabiques, te recomendamos que no te pierdas este artículo. Recuerda que lo importante no es la tendencia, sino lo que se adapte a tus necesidades y día a día. ¡Allá vamos!
Tienes espacio de sobra
La falta de espacio es uno de los principales motivos para crear una vivienda de concepto abierto, ya que aunque no se ganen metros realmente, la ausencia de paredes abre visualmente la estancia y facilita el paso de una a otra zona.
Si cuentas con espacio de sobra en tu cocina, pregúntate por qué quieres abrirla.
La luz tampoco falta
En casas y pisos antiguos es muy normal encontrar cocinas con muy poca o ninguna iluminación natural, ya que al concebirse solo como espacios de trabajo, se ubicaban en la zona menos agradable (en esta se solía poner el salón).
Es por eso que en muchas reformas de renovación, suelen abrirse las cocinas al salón. Si no es tu caso, a lo mejor puedes ahorrarte la obra.
Todo el espacio es abierto
¿Tienes un apartamento tipo loft y tu dormitorio comparte espacio con el salón? Entonces, plantéate seriamente no abrir la cocina, porque es probable que los ruidos y humos te van a perseguir hasta en sueños.
Recuerda que si lo que necesitas es ganar luz o amplitud visual, siempre puedes cerrar la cocina con una cristalera.
F Alba
Eres un desordenado sin remedio…
Si cuando terminas de cocinar parece que ha pasado un tornado por la cocina, quizá la cocina abierta no es para ti. Estarás todo el día con la sensación de desorden inundando toda esa planta de concepto abierto que con tanto cariño creaste.
Ese consejo también es válido para aquellas personas a las que les gusta relajarse después de comer o cenar y dejar la tarea de recoger para otro momento.
Privacidad y practicidad
Que levanten la mano aquellas personas para las que cocinar es su momento de meditación diaria. Y que también la levanten aquellas a las que les encanta relajarse en el salón. Si eres una de ellas y no vives sola… ¡no abras la cocina al salón!
Las cocinas cerradas dan la privacidad y el aislamiento necesario para que cada habitante de la casa encuentre su momento de paz interior. Y es que por mucho que las campanas extractoras sean cada vez más silenciosas, hay que reconocer que cocinar (y recoger) hace ruido.
Libertad de diseño
Al tener una cocina cerrada, tienes libertad absoluta para el diseño de esta, pudiendo crear diferentes ambientes en cada una de las habitaciones de tu vivienda, independientemente de que combinen entre ellas o no.
Ahorro en electricidad
Si pasas más tiempo en el salón que en la cocina, plantéate si el consumo eléctrico de climatizar un espacio abierto no te va a dar algún que otro quebradero de cabeza.
Si después de leer este artículo sigues decidido a crear un concepto abierto, te recomendamos dos lecturas más. Por un lado, un listado de errores que debes evitar a la hora de abrir tu cocina al salón si quieres que ambas zonas queden perfectas. Y por otro, un artículo en el que nos centramos en uno de esos desatinos: el de no pensar con antelación en el suelo de la estancia.