Desde que las cocinas abiertas se popularizaron en el interiorismo, cada vez más personas sueñan con integrar cocina y salón en un mismo espacio. Las vemos constantemente en revistas, redes sociales y programas de decoración: amplias, luminosas y llenas de vida.
Sin embargo hay quienes siguen apostando por la cocina cerrada por comodidad, privacidad o control del espacio. Entonces, ¿cuál es mejor a nivel estético y funcional? En este artículo analizamos las ventajas, inconvenientes y recomendaciones de ambos tipos para ayudarte a decidir cuál encaja mejor en tu hogar y estilo de vida.
¿Qué es mejor, cocina abierta o cerrada?
La elección entre una cocina abierta o cerrada depende principalmente de tres factores: tu estilo de vida, el espacio disponible y tus hábitos de uso.
Si valoras la comunicación, la sensación de amplitud y la estética moderna, probablemente te atraiga más una cocina abierta. Pero si priorizas la privacidad, el orden y el control de los olores, una cocina cerrada puede resultar más práctica y funcional.
Repasemos cada una de ellas
Ventajas de una cocina abierta
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Mayor luminosidad: al eliminar tabiques, la luz fluye libremente entre cocina y salón. Ideal si tu vivienda tiene pocas ventanas o zonas oscuras.
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Sensación de amplitud: unir espacios genera una continuidad visual que hace que todo parezca más grande.
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Más opciones de distribución: puedes integrar una isla, una barra o una mesa de comedor sin sacrificar espacio.
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Conexión social: cocinar y compartir al mismo tiempo es más fácil. Perfecto para familias o quienes disfrutan recibir invitados.
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Diseño contemporáneo: las cocinas abiertas reflejan un estilo actual, diáfano y funcional.
Inconvenientes de una cocina abierta
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Olores y humos: aunque existen campanas extractoras potentes, es difícil evitar que los olores se extiendan.
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Ruido: los electrodomésticos o el propio uso de la cocina pueden interferir con la tranquilidad del salón.
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Desorden a la vista: una encimera sin recoger o utensilios fuera de lugar pueden romper la armonía del espacio.
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Climatización más costosa: los espacios abiertos requieren mayor esfuerzo de calefacción o refrigeración.
Pros de una cocina cerrada
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Privacidad y concentración: puedes cocinar sin distracciones y sin alterar el resto del ambiente.
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Control de olores y ruido: la puerta actúa como barrera natural, manteniendo el confort del resto del hogar.
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Libertad decorativa: puedes usar estilos y materiales diferentes al del salón, sin necesidad de mantener coherencia visual.
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Mayor orden visual: el desorden queda dentro, sin afectar el conjunto de la vivienda.
Contras de una cocina cerrada
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Menos luz natural: al estar más aislada, puede requerir soluciones extra de iluminación.
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Sensación de espacio reducido: especialmente en viviendas pequeñas, puede parecer más estrecha.
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Distribución más limitada: los tabiques restringen la colocación de muebles y electrodomésticos.
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Menor conexión social: cocinar puede aislarte del resto de la casa o de las visitas.
Cocina abierta o cerrada: pros y contras en resumen
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Aspecto |
Cocina abierta |
Cocina cerrada |
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Luz natural |
Alta |
Media o baja |
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Sensación de amplitud |
Mayor |
Menor |
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Privacidad |
Baja |
Alta |
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Olores y ruidos |
Se propagan |
Se aíslan |
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Estilo decorativo |
Integrado |
Independiente |
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Mantenimiento visual |
Requiere orden constante |
Más flexible |
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Confort térmico/acústico |
Menor |
Mayor |
Entonces… ¿es buena idea una cocina abierta?
Como expertos diseñadores, cuando el espacio lo permite, recomendamos optar por cocinas abiertas. La sensación de amplitud y la continuidad visual que aportan al salón son difíciles de igualar con una cocina cerrada. Además, los contras, como olores o la necesidad de mantener el orden, no son insalvables: con una buena campana extractora, almacenaje inteligente y planificación, se pueden minimizar fácilmente.
Conclusión: cómo elegir la mejor opción para tu hogar
Como interioristas, sabemos que no existe una fórmula única. La mejor elección será la que se adapte a tu estilo de vida, al espacio disponible y al uso real que le das a la cocina.
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Si vives solo o en pareja y valoras el diseño y la amplitud: elige una cocina abierta.
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Si tienes familia, niños o prefieres mantener las zonas separadas: apuesta por una cocina cerrada.
Y si no quieres renunciar a nada, existe un punto intermedio: las cocinas semiabiertas con puertas de cristal o paneles correderos, que combinan lo mejor de ambos mundos.
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