Cocina verde lineal acabado laminado
Este proyecto firmado por Muebles Basoko Altzariak era todo un reto de diseño. Y es que el espacio en el que debían integrar una cocina completa era un minúsculo apartamento en el barrio de Gros de San Sebastián ¡de tan solo 37 metros cuadrados! Spoiler: reto superado. Te contamos todos los detalles.
Analicemos la disposición de los diferentes muebles y electrodomésticos, porque aunque no lo parezca, se trata de una cocina a la que no le falta de nada: frigorífico, horno, microondas, lavavajillas... ¡y mucho almacenaje! De derecha a izquierda, nos encontramos con dos columnas de techo a suelo en la que se han encastrado el microondas y el frigorífico, además de espacio de almacenamiento. Seguimos con muebles bajos para el fregadero, lavavajillas, placa y horno y un último mueble con cajones.
Para dar un aire urbano, se ha revestido pared con un papel vinílico que imita los clásicos azulejos blancos cuadrados, solo que con una vuelta de tuerca al marcar las juntas en color negro. La parte superior se ha destinado casi en su totalidad al almacenamiento, aunque en uno de los muebles altos encontramos, encastrada, la campana. Con el reto de la distribución superado, pasemos a fijarnos en la estética, que también tiene mucho que decir. Y es que en un apartamento de dimensiones tan reducidas era esencial no añadir peso ni ruido visual. Todo, sin renunciar a la alegría del color. Para conseguirlo, Muebles Basoko Altzariak se ha decantado por la frescura de nuestro modelo Vitoria en color verde para muebles bajos y columnas. Tanto el frigorífico como el lavavajillas han sido panelados para integrarse en el esquema de diseño.
Como contrapunto y a juego con los electrodomésticos vistos, los zócalos y tiradores son negros, aportando solidez al conjunto. Para los muebles altos se han decidido por nuestro modelo Alabama, con efecto roble, que da las pinceladas orgánicas necesarias para crear un espacio acogedor y de aspecto natural. Para no recargar demasiado el conjunto, han cambiado uno de los muebles por estanterías abiertas.
Con la superficie disponible se hacía evidente que la cocina (y todo el apartamento, en realidad) debía responder a las directrices del concepto abierto. Dentro de sus posibilidades, se apostó por una distribución lineal frente a la cual se dispondría una mesa de comedor.