¿Te falta espacio en la cocina y además tienes tendencia al desorden? Mala combinación, desde luego, pero no te preocupes, ¡salimos al rescate!
En este artículo te traemos un listado de cosas que no deberías guardar en la cocina si quieres conservar de manera fácil el orden y, de paso, tu salud mental.
¡Apunta estos consejos!
Vajillas para ocasiones especiales
¿No te da pena ver tu vajilla favorita un par de veces al año? ¡Soluciónalo! Puedes darle el lugar de honor que merece guardándola en una vitrina… ¡lejos de la cocina!
Bueno, no tan lejos, en el salón o en el comedor. De hecho, aquí van unos consejos: si vives en una casa de concepto abierto, puedes utilizar tu vajilla expuesta en un mueble del mismo material que los de la cocina como elemento vertebrador o de transición con el resto de espacios.
De esta forma, no solo le darás protagonismo integrándola en la decoración de tu hogar, sino que ahorrarás espacio de almacenamiento en la cocina para otras cosas que sí que usas de manera cotidiana.
Electrodomésticos o utensilios que prácticamente no usas
En este caso, dejamos la estética a un lado y volvemos a centrarnos simplemente en los aspectos prácticos.
¿Hay electrodomésticos u otras piezas de menaje que solo usas en ocasiones especiales? Por ejemplo, la paellera durante el buen tiempo o las ollas de gran formato cuando tienes muchos invitados por Navidad. Si la respuesta es sí, ¡búscales un lugar fuera de la cocina!
Y si no te queda más remedio, te recomendamos almacenarlos en las zonas menos accesibles, como en la parte superior de muebles altos o columnas o en la parte trasera de los muebles esquineros.
Productos químicos
Por mucho que habitualmente los productos químicos y/o de limpieza se hayan guardado en la cocina, si lo pensamos detenidamente, no es tan buena idea. ¿Qué sentido tiene, por ejemplo, guardar el aguarrás o un líquido desatascador en la cocina?
Estos productos son tóxicos y, muchos de ellos, inflamables: almacenarlos en un lugar con tanta frecuencia como de uso y con la alimentación como actividad principal puede ser un peligro.
Por eso, si tienes la opción de guardar aquellos que no uses de manera habitual en otro lugar, como el trastero o la cochera; hazlo inmediatamente. Reserva para la cocina aquellos que verdaderamente uses en tu día a día.
Y, por supuesto, si hay niños en la casa, asegúrate de guardarlos en un lugar que esté fuera de su alcance.
Herramientas
El destornillador, un clásico del cajón de los cubiertos. Si has esbozado aunque sea media sonrisa al leer nuestra última frase, es que tú también lo has hecho.
La verdad es que es sorprendente la cantidad de objetos curiosos que podemos llegar a encontrar en el cajón de los cubiertos: desde gomas elásticas hasta bolígrafos, pasando por tornillos, fichas del carrito de la compra, monedas y hasta pinceles.
Más allá de desordenar el espacio disponible de almacenamiento, hay determinadas cosas que pueden suponer incluso un riesgo para nuestra salud. Y es que recuerda, los cubiertos se usan para comer y, por tanto, van a la boca. Ten mucho cuidado con lo que pones al lado.
Repite con nosotros: el cajón de los cubiertos no es un trastero.
En el caso de las herramientas, podemos entender que te resulte útil tenerlas a mano y que para ti un buen sitio pueda ser la cocina. En ese caso, te recomendamos almacenarlas en su propia caja y guardarlas en un lugar donde no entre en contacto con alimentos o utensilios que uses para cocinar o comer; como el armario de los productos de limpieza.