Si algo nos gusta en OB Cocinas es estar al tanto de todas las tendencias de interiorismo en la habitación más importante de la casa. Pasamos mucho tiempo viendo imágenes y leyendo sobre diseño. Y como compartir es vivir, queremos enseñaros 4 revestimientos de pared para la cocina que te van a encantar sí o sí.
Azulejos: todo un clásico
Empezamos por el clásico entre los clásicos: los azulejos. Este revestimiento cerámico se utiliza para cubrir las paredes de numerosas estancias o lugares, como baños, cocinas, patios, fachadas… Y es que se trata de un material muy duradero, impermeable, resistente a diferentes temperaturas y no requiere mantenimiento alguno.
Centrándonos en la parte estética, ¡la variedad de diseños es casi infinita! Los podrás encontrar en diferentes:
- Formas: cuadrados, rectangulares, hexagonales…
- Tamaños: desde 10 centímetros en adelante.
- Texturas: muchos azulejos juegan con los relieves para generar diferentes efectos ópticos.
- Colores y estampados: todos los que puedas imaginar.
- Precios: literalmente para todos los públicos.
En la imagen, nuestro distribuidor Muebles Basoko Altzariak ha apostado por un diseño atemporal (que sin embargo está MUY de moda): los azulejos cuadrados blancos de pequeñas dimensiones, aunque en esta ocasión, con una vuelta de tuerca al marcar las juntas en color negro.
Mármol: un plus de elegancia
El mármol es otro de nuestros materiales favoritos para la cocina. Y parece que para el gran público también, pues cada vez lo encontramos más en encimeras, suelos, islas y, como no, salpicaderos de cocina.
Este material aporta ese plus de exclusividad que parece que solo pueda aportar la piedra natural. Y es que no hay dos piezas iguales, cada una de sus vetas es única. Además, es muy resistente al calor y a los posibles golpes, haciéndolo muy duradero en el tiempo.
En cocinas suele usarse pulido y con tratamientos para reducir su porosidad, lo que reducirá el riesgo de estropearse o mancharse. También es muy habitual utilizar otros materiales que imitan el acabado del mármol; como es el caso del porcelánico de la imagen que compartimos, donde vemos como la encimera sirve para panelar y proteger la pared.
Ya sea mármol o efecto mármol, podemos encontralo en una gran variedad de colores y gamas de blancos, negros, grises, beiges, rojos y marrones; lo que hará que case con casi cualquier estilo que queramos dar a la cocina: clásico, minimalista, moderno…
Di sí a la madera
Cada vez es más frecuente encontrarnos acabados con efecto madera en las paredes de la cocina. Y no nos extraña. Este material es capaz de aportar calidez a casi cualquier diseño, por industrial o minimalista que sean los muebles y elementos que lo componen. Su textura añade además profundidad y un toque natural y orgánico.
La variedad de matices de color de la madera (desde los tonos chocolate del nogal a los miel de algunas maderas de roble, pasando por el rosado del cerezo) hace que reproducir este material combine casi con cualquier color; aunque reconocemos que nos encanta combinarlo con muebles blancos o negros; como ha hecho nuestro distribuidor Antares en el ejemplo que os mostramos más arriba.
Apuesta por el ladrillo visto
En los últimos meses hemos detectado que el ladrillo visto empieza a resurgir en el mundo del interiorismo (¡si es que alguna vez llegó a irse del todo, claro!). Lo estamos viendo tomar el protagonismo en salones, dormitorios y, cómo no, en cocinas.
Una tendencia que hemos querido recoger en nuestra nueva propuesta de diseño de los muebles de nuestro modelo Fénix Azul. En este caso, el ladrillo visto apoya el estilo industrial del loft en que hemos enclavado nuestra cocina. Pero este material no es solo el adecuado para este estilo, sino que bien conjugado, puede ayudarnos a crear estilos contemporáneos, rústicos e incluso boho chic. Puedes probar a pintarlo, probar a dejar solo un muro en toda la habitación o incluso solo media pared, creando una especie de zócalo.
Si apuestas por él en la cocina, sobre todo en zonas con posibilidad de mancharse durante el cocinado, te recomendamos que le apliques algún tratamiento de sellado para facilitar su posterior limpieza, ya que se trata de un material muy poroso, y que se mantenga como el primer día. Otra opción es apostar por papel pintado u otros materiales que imiten este acabado. Quedan muy bien visualmente y su mantenimiento es muy sencillo.